miércoles, 10 de diciembre de 2008

Lesbiana adulta

Tengo una amiga de visita. Es joven y es hetero. Yo estoy en la mitad de mi vida y soy les. Un sábado por la noche decidimos salir a tomar una copa. Pasada la medianoche mi amiga insistía en que fueramos a bailar. Le dije, que mi cuerpo ya no estaba en condiciones de aguantar más, había trabajado todo el día, pero al ver su cara decepcionada le dije que entonces sólo iba a bailar a un local de ambiente. Ella es europea y abierta de mente, y además quería bailar. Fuimos a una nueva disco que han abierto. Nada más entrar ví que ya no superaba sólo por 10 años a las asistentes, sino que eran 20 años. Y contemplando a mi pareja, ví que la luz estroboscópica no esconde las canas. Y ahí estaba en medio de la chiquillería y la música atronando mis oídos sintiendome cansada y fuera de lugar. No llevabamos ni media hora y habían oteado a mi amiga. La sacaron a bailar y yo la miré diciendole con la mirada, te salvo? pero ella nada, empezó a bailar y pronto se alineaban las chicas para bailar con ella. Sentí como si hubiera llevado carne fresca al matadero. Y sentí envidia. De muchas cosas. De no ser yo la que adulaba a mi amiga y la rozaba con las manos para tratar de ligarla. De no tener ganas de sacar a bailar a una chica desconocida. De no sentir energía en mis pies abotargados y adoloridos. Recuerdo en mi juventud cuando llegaba a la disco y las chicas me miraban y yo las miraba a ellas, y el juego empezaba. Ahora tengo pareja estable y se ve cuando bailamos, no hay detalle desconocido entre las dos y nuestros besos lo explican todo. Tengo envidia de no estar sola y poder elegir a una chica cualquiera esa noche. Me sentí vieja esa noche, vieja para esos juegos discotequeros del sábado en la noche. Me quedó tan claro que esa época pasó para mí y sentí tristeza. Cuando no pude más y le dije a mi amiga que nos fueramos, ella no quería. Iba pasada de copas, y quería seguir bailando. A la pregunta de como volvía a casa, me dijo que se quedaba con cualquiera de esas chicas. Miré a las chicas en cuestión, que para mi gusto no eran nada confiables (si confieso, a mi edad el clascismo es un tema) y le dije con ademán de madre, nos vamos ahora y tú tambien. Y mi tristeza cambió. Puede que ya no sirva para estos juegos discotequeros, puede que mi cuerpo ya no me responda de la misma manera, puede que ya no me miren. Pero a mi me interesa de verdad todo eso? Si quiero seguir jugando, si quiero que me miren, si quiero sentir mi cuerpo adorado por otra mujer, pero muchas veces prefiero hacerlo con mi pareja, y las pocas que no son con ella lo quiero con clase, ya no me basta sólo un- quieres bailar?- Puede que mi joven amiga sea capaz de comerse el mundo en una noche, y yo ya no, pero tambien sé que el mundo tampoco me puede comer a mí, como me ha ocurrido en mi juventud varias veces. Ahora ya no quiero comerme el mundo, quiero disfrutarlo.

viernes, 17 de octubre de 2008

Probando

Probando esta nueva forma de expresión, sensación y quizás comunicación. Hay varios temas que rondan a mi alrededor y siempre me gustó la idea de sumergirme en la gran red y que quizás alguien leyera lo que escribo.